sábado, 4 de enero de 2014

Mi verdadero apellido

Hoy fui con mi padre de compras al centro. Durante un par de años una pregunta rondaba mi cabeza. Siempre quise saber el verdadero nombre de mi abuelo, al que nunca conocí. Mi padre fue, lo que en algún momento se conoció como "hijo natural" o "bastardo", es decir, fue hijo de una aventura de mi abuela. Decidí aprovechar el trayecto de esta ocasión para platicar con mi papá, que de por sí es de pocas palabras.
 - ¿Cómo se llamaba mi abuelo? ¿Lo conociste? - Le pregunté de la nada. 
Fue chistoso, cuando hice la pregunta sonrió como queriéndolo ocultar, movió la cabeza afirmando y mirando al horizonte.
Él lo conoció a los 5 años, sin querer. Mi padre vivía de niño en un pequeño puerto llamado Topolobampo. Parece que mi abuelo era pescador o de algún oficio de la costa. Mi papá iba en aquel entonces en primer año de primaria y su profesora lo mandó a pedirle dinero a su "papá" para que pagara la colegiatura de la escuela. Él preguntó dónde estaba su papá y le dijeron dónde. Al llegar a la playa se acercó a un grupo de 3 hombres, confundido. Le dijo a uno de los 3:
- Oiga, papá - Uno de los hombres, el más cercano, le contestó.
- No, tú papá es él. - Señalando al que le quedaba más lejos.
Mi abuelo falleció unos 3 años después de ese evento, por complicaciones del hígado. Mi papá nunca lo conoció bien, aunque sí cruzaron palabra más de dos veces.
Lo que más me llamó la atención, al igual que a mi papá, es que todos en el pueblo sabían quién era en realidad su padre, su verdadero padre. Su nombre era Gumersindo Zamorano.

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